lunes, 24 de febrero de 2014

Pour la france!

Si tomo el tema de este post, primero que otro pendiente que (también) ya tenía prometido, la razon es más que nada porque tengo el tema considerablemente más fresco ahorita que el que me pidieron antes.

Y además, he de admitir que el otro es un poco más complicado y necesita ser estructurado y tomará más tiempo que este, el cual simplemente va a ser un flujo de ideas y sensaciones escritas y descritas a como me salen de la mente, sin mucha edición.

Lo principal es una descripción de la experiencia y tratar de transmitir el sentimiento que experimenté hace poco durante un viaje. Y también intentaré describir peculiaridades del viaje en general. Pero principalmente, y por una peticion, haré mas detalle en un evento en particular de dicho viaje.

Vamos a comenzar con que, acabo de tener la suerte de visitar París, Francia.

Inicialmente digo suerte porque, debido a algunas millas de aerolínea que tenia y puntos de hotel, fue que pude visitar esta ciudad. Lo que tal vez de otro modo, no me hubiera sido posible visitar.

Además de que hubo razones que me hicieron visitar un lugar que ni siquiera se encontraba en mi top 10. 

Pues debido a que mis millas expiraban pronto estaba viendo visitar algún lugar, y habia decidido a gastarlas en Washington, visitando por fin el museo Smithsoniano. Pero alguien me sugirió vernos en París. Y después de revisar millas y puntos, sin olvidar pedir permiso para vacaciones, me encontraba listo para viajar.

A pesar de que la persona que me metió la idea canceló (algo tristemente común que ocurra con la gente con la que trato de organizar viajes... incluso aunque sea a la esquina),  me decidí a seguir con mi plan pues ya todo estaba listo. ! Voy yo solo a París, a la aventura!

Curiosamente, empecé el viaje con numerosas dificultades, como vuelos cancelados, tormentas de nieve, rutas re-agendadas y que casi me quedo atrapado en el aeropuerto de Newark por enormes filas de seguridad y pocos empleados en el aeropuerto, que debo admitir, gracias a mañas de chilango y una pizca de suerte me logre colar, pasar seguridad y vamonos, en camino a Francia.

Al llegar, la combinación de jet lag, poco dormir en el avión, y escuchar francés por doquier (el cual por cierto no hablo casi nada), me tenia confuso, además de tratar de averiguar cómo llegar al hotel, para dejar mis cosas fue una interesante experiencia.

Incluso como anécdota, todos me deben haber visto cara de turista, tal vez por ir por ahi arrastrando maletas, pero 4 veces ocurrió que supuestamente gente se "hallaba" anillos de oro tirados en el piso, frente a mí, ofreciendo compartir el botín. Como buen chilango conozco la farsa (solo q en México son rollos de dinero en lugar de anillos) así que simplemente decía no hasta que se iban. Pero al 4o debo admitir que me preocupé un poco pues si sentí como si yo fuera el pichón con fajo de billetes en la mano y un letrero de róbame. Lo cual me hizo tener apuro por llegar al hotel. Además del cansancio.

Por fin llegue, deje las cosas y a recorrer se ha dicho. Comencé por lo más cercano y que me sonase familiar. Campos elíseos. Caminando sin saber que más había maravillado por un obelisco(Plaza de la concordia), luego una rueda de la fortuna (La gran rueda), un hermoso jardín(Tuileries) y llegando a la pirámide del museo de Louvre (por primera vez pero sin entrar al museo) Deespues, regrese mis pasos hacia el arco del triunfo cruzando de nuevo los comps Eliseos por completo, todo caminando como es mi costumbre. Hasta que el cansancio, alucinaciones, malestar y demás me indicaron que era hora de dar por terminado el primer día.

Segundo día, me perdería por completo en el museo Louvre (por segunda ocasión en la piramide), siendo echado del museo antes de haber podido ver todo, como ya es costumbre que me echen de los museos. Y terminando el día cenando tacos con unos compatriotas que conocí. No sin pasar por la aventura de la emoción de que te cierren el metro y no poder volver al hotel hasta las 5am... Afortunadamente alcance el último tren, y con cervezas en mano jejeje. Qué cosas.



Siguiente día al museo Orsay (espero recordar bien el nombre) del cual admito nunca había oído, pero internet indicaba que era un 'must do' de ahí. Donde también por fortuna me toco hacer otra amistad compatriota que me hizo mucha plática durante el recorido en el museo. Y que al terminar de verlo, muertos los dos de hambre, me llevaría a conocer un lugar donde comí las crepas más grandes, deliciosas y baratas de mí vida. Un digno momento de Leandro VS Food. 
Siguiendo, despues de comer, por notredame. Una imponente e impresionante catedral que ya todos conocen, en la cual vivia un famoso jorobado imaginado por don Victor. Seguido por mas crepas en Saint-Michel.

Mi plan ese dia, para la noche, era ir a la que parecía la estación más cercana a mi siguiente destino y a la que este post se centra.

LA TORRE EIFFEL.

Debido a la recomendación de mi nueva amiga, cambie de estación del metro para llegar a la torre, pues me dijo que llegando desde la estación Trocadero, tendría mejor vista al ir llegando a la torre.

Al salir de la estación del metro, como siempre que pasa en una estación que nunca hemos estado, salí totalmente desorientado, tratando de reconocer el terreno, e intentando a la vez de verme lo menos "turista" desorientado. 
Volteando a varios lugares alrededor de una pequeña glorieta, vi dos edificios similares entre si e imponentes a mi izquierda. Cuadrados alineados, pareciendo del mismo modelo. Con un considerable espacio entre ellos dos y un piso mas brilloso que sobresalía del tipo de piso regular tipo banqueta. Lo cual me hizo deducir que debía caminar en esa dirección (Al revisar este blog encontre en internet que esos edificios eran parte del palacio de Caillot).

Aun así inseguro de a donde caminar, y extrañamente, sin pensar en sacar el GPS, seguí caminando en dirección de la explanada entre los dos enormes edificios, pero viendo hacia otros lados por si encontraba indicios de ser otra la dirección que yo debía tomar. Así que avance unos diez metros sin realmente tener la mirada en la direccion hacia donde iba.

Cuando voltee por fin, me detuve en seco.

Creo que abrí la boca.

Ya era de noche.

No lo lograba procesar bien.

Todo el mundo desapareció.

Pero, antes de seguir, debo aclarar algunas cosas.

Desde muy pequeño me he sentido atraído hacia cosas imponentes, titánicas, majestuosas que durante mi vida me han fascinado. Formaciones rocosas como peña de Bernal o las grutas de Cacahuamilpa, edificios como la Willis tower de Chicago, o barcos como el Que en Mary, viendo su imponente hélice. O enormes pirámides que aun me faltan muchas por ver. Todo lo enorme me atrae mucho!

Y admito que me he llevado decepciones también. Pues, estoy seguro a todos nois ha pasado que al momento de llegar a ver la atracción que pensabamos epica y titanica, que lo vemos y decimos "¿Qué? ¿Eso es? Es más pequeño que como se ve en la tele!".

Despues de este pequeño parentesis para explicar lo siguiente. Regresando a Francia. La Torre Eiffel no es el caso de ser decepcionante, si no muy al contrario.

Parado en seco. Boquiabierto. Con esa sensación de un impacto emocional que nos hace sentir ese tirón hacia atrás en la parte alta de nuca como tirados de golpe por una cuerda. Con ojos desorbitados.

La imponente estructura lo dominaba todo en la compleja composicion que era la imagen frente a mi.

El tamaño superó toda posible expectativa. Ayudada por la iluminación que le daba unos tonos café brillante que le iban muy bien.

Parada al final de una senda llena de adornos del paisaje, que habia entre la torre y yo.

Frente a mi terminaban los edificios que en ese momento ignoraba que eran. Acabando el edificio bajaban unas enormes escaleras, con un pequeño mirador en medio, para seguir con mas escaleras que giraban, para continuar en una fuente enorme y larga, la cual se dividía en secciones que seguían bajando esa loma adornada en la que yo me encontraba, terminando en una avenida que cruzaba el río Sena para topar despues a los pies de la torre.

Incluso había luminosos carruseles a los lados. Incrementando el espectáculo de luces, con el ruido y visión del agua en la vista. Todo desplegado majestuosamente, con la imponente torre al centro. La cual se rodeaba por las pequeñas luces a su alrededor creadas por la ciudad a lo lejos.

Rematando en un haz de luz en la cima de la torre que asemejaba al de un faro. Con un brillo y nitidez casi tan definidas como si fueran un enorme apuntador laser.

Y pensar que me encontraba a tal vez un kilometro de la torre. 

Comencé a caminar hacia ella pues tenía el plan de subir a ella esa noche. Pero cada paso que daba era lento y se mermaba por el constante detenerme a tomar fotos, en un intento tras otro por obtener la mejor toma, pero indeciso de cual o desde donde podría ser. Y al mismo tiempo, siguiendo mi regla personal de tener mas tiempo en el deleite personal y de mi pupila, que el de la lente de la camara.

Avanzaba y bajaba escaleras, cuando después de unas vueltas por unos trechos obscuros, voltee hacia atrás al llegar a la zona donde empezaba la fuente.

El par de edificios entre los que pase hacia un momento eran también majestuosos. Tenían grandes cristales que reflejaban la torre. Haciendo muy difícil la decision de hacia donde voltear a observar.

Eran ya casi las diez de la noche y estaba obsucro, pero también la fuente me capturó con su diseño y longitud, aun en esa obscuridad. Todo el panorama era devastante para los sentidos hacia donde volteara.

Al terminar la sección de la fuente me volví a detener, aun más cerca de la torre torciendo el cuello hacia atrás para admirar su inmensidad, la cual se volvia más prominente cada que me encontraba más cerca.

Cada paso que daba, cada incremento en su tamaño, yo babeaba. 

Y aun no cruzaba tan si quiera el rio Sena. Donde al cruzarlo, por supuesto volví a embobarme un rato observando los botes, la corriente haciendo pequeñas olas en el agua, los destellos de los reflejos de luces en el rio, las cuencas, los pequeños caminos para autos a sus lados, los muros, tratando de absorber cada detalle.

Mientras me deleitaba con el rio, súbitamente algo en la torre captó mi atención. 

LUCES! 

Muchas luces blancas parpadeaban locamente por toda la torre!

Increíble. Simplemente increíble. Una imagen que pensé que ya no se podía superar, en ese momento me dio un palmazo en la cara diciendo "eso no es un cuchillo... ESTO ES UN CUCHILLO".

Siendo un fan del efecto de las luces del árbol de navidad (puedo observarlas por horas en un trance), la torre dejaba atrás toda grandiosidad en esos árboles que yo podria haber tenido preconcebida. Me hizo sentir tan pequeño, y a la vez tan afortunado de estar ahí.

Perdí creo que como 10 minutos observando el espectáculo de luces, y no me di cuenta de dicho paso del tiempo. Tal como me pasa con los árboles de navidad. Seguramente con cara de idiota y los reflejos de las luces en mis pupilas. Tal cual como la mirada de cachorro de veterinaria cuando quiere que lo compren. O el clasico gordito de gimnasio, cuando alguien pasa con un helado frente al su ventana mas cercana.

Cuando volví en mí, es decir desperté del trance de las luces, me encamine más al monumento. Incluso la vista desde abajo es titánica. El poder apreciar a detalle lo intrincado de la red de fierros que componen la torre, su complejidad y armonía, y por si acaso olvide decir, su tamaño, es arrollador. No se puede siquiera conseguir una toma que capte toda la expansion de el panorama. No con una lente común, claro.

Después de perder otros minutos ahí abajo, intente subir. Pero para mi sorpresa, una hora antes de cerrar, dejan de permitir el acceso. Lo cual había ocurrido a las 10PM, mas o menos el momento que me perdí viendo las luces flasheantes.

Un poco triste de no poder subir, pero al mismo tiempo, admito que estaba estúpidamente cansado, por lo cual me dio un poco de alegría no poder subir. Pues quería decir que era hora de emprender la peregrinacionde regreso al hotel. No sin antes deleitarme con una vuelta al rededor de la torre.

Al marcharme fue una sensación curiosa pues al caminar hacia la estación del metro debía darle la espalda al monumento. Lo cual me generaba una sensación de culpa, y un gran deseo de ser un experto como Michael Jackson y alejarme de ahí haciendo el moonwalker. Todo por no dar la espalda y perderme del espectáculo de seguir admirando la torre, mientras me retiraba.

Así que, por supuesto me tropecé un par de veces, pues iba volteando lo más posible para ver la torre. 

Ya por fin casi llegando al hotel hice una parada por una cerveza para el camino y a dormir.

Al día siguiente, mi último día, decidí tratar de cubrir lo más posible de los puntos de interés, así que salí muy temprano, llegando al Sacre Coeur (Sagrado corazón) también haciendo pierna por montón debido a los cientos de escalones que hay que subir, de ahí al palacio de los inválidos, para ver la impresionante tumba de Napoleón, y del museo aledaño de las guerras mundiales y la mas grande armería. Saliendo con un hambre mortal me disponía a comer algo y después subir Nortéame, pues el día anterior se me había hecho tarde y tampoco pude subir (asi es, no subi a NoitreDame ni a Eiffel).

Por irme a comer primero, no pude subir, pero mientras comia, admire el edificio otro rato. 

Luego camine hacia el panteón a travez de SaintMichel, el cual también me negaron la entrada. Así que a tomar una siesta en el hotel, para estar a buen tiempo y ahora si subir a la torre. Pues al arco del triunfo ya no me daba tiempo y creo que era prioridad la torre.

Llegue por otra estación del metro esta vez, un poco de adrede para no perder tanto tiempo admirando el monumento mientras bajaba. Pero aun así a la otra estación se llegaba por tren volado, por lo que pude ver la torre desde otro ángulo que no la hacía menos impresionante, si no todo lo contrario, al ver la velocidad con la que la perspectiva la hacia girar mientras el metro avanzaba.

Y bueno, derecho a la fila sin detenerse a oler las flores, esta vez sí logre formarme pero perdí casi una hora en la fila. Que importa, ya estoy formado, y no me van a correr Y nada evitara que suba. 

Compre el boleto hasta la cima. Pero eran dos pasos, osea escala intermedia, pues te hacían parar en la mitad. Durante la primera subida me toco estar cerca de la ventana y la vista de las patas de la torre desde adentro no mermaba mi impresión. Tratando de entender la complejidad del enredo de fierros, iba tan contento. Tanto que se repitio algo muy extraño que me ha pasado pocas veces. Lagrimas de alegria. Bendito lugar.

La vista ya era impresionante en ese primer nivel! Realmente hermosa la ciudad y cada cosa que se alcanzaba a ver desde ahi.

Me detuve ahi un rato pues el hambre ya demandaba. Compre un Quiché que, me pareció que en sabor, estaba más o menos, y al terminar de devorarlo... vamos a la cima tomando el siguiente elevador.

Bueno. La vista aun mejor, las luces por todos lados, y los monumentos iluminados a lo lejos, me pase un tiempo tratando de identificar los puntos de interés donde ya había estado a simple vista, pudiendo ver con claridad los campos elíseos, el arco del triunfo, el museo Louvre, los inválidos con la tumba de Napoleón, y muchos mas... Incluso mi hotel!

Ahora quiero hacer un pequeño paréntesis.

Siempre consideré a la gente loca por ir a Europa, como una bola de blufs, snobs, fresas, presumidos, o como la barbie condechi que solo querían ir porque era lo in, o lo hipster el asunto de Europa. Algo cool, simplemente, me explico?

Y pese a que si habian algunos viviendo allá que no habían ido a conocer casi nada de las atracciones de la ciudad, confirmando mi opinión, tengo que admitir que la ciiudad de Paris, si tiene un enorme valor para visitar. Cultural-mente, estetica-mente, culinaria-mente, artistica-mente y muchas mas -mentes. No solo moda y status quo.

No puedo decir que conozco el resto de Europa, pero ver todo esto me generó un gran interés de ver los demás posibles destinos allá. Conocer estas reliquias, moles de monumentos y toda la historia que hay detrás (y de bajo) de todo en ese continente.

Dejaré de ser tan crítico, pues el gusto de ir y conocer no me convierte en uno de esos hipsters wannabe fotógrafos. 

Soy un caminante que adora de ver el mundo y experimentar, y definitivamente Paris, con todo lo que me falto por ver, es un gran punto de interés, asi como un orgasmo para los sentidos y el intelecto. 

Ese fue mi golpe de epifania en la cima. De todo esto me di cuenta parado ahí arriba, viendo lo hermosa que es la ciudad, todo el parecido que tiene mi ciudad (Siendo don Porfirio Diaz fan from hell de los franceses, pues les copió mil cosas), incluso el metro que los vagones son casi idénticos (algunos), pero con un ambiente tan diferente. Un lugar, realmente fantástico!

Si alguien tiene la oportunidad, en definitiva, no desaprovechen. Hay tanto que ver, que inevitablemente tengo que hacer una promesa a mi mismo, la cual es que volveré y completare los pendientes que me quedaron, así como después completaré otros tantos puntos europeos que hay por ver. Y que digo, Hay mas continentes!

Ahí cierro mi historia con un regreso al hotel comprando un Croquante Monsieur, medio insípido al decir verdad, pero me dio fuerzas para regresar, y preparar todo para mi travesía de regreso al aeropuerto. Un poco más sabio respecto a las líneas del metro, a los camiones, a la ubicación de las cosas y en general, con mi mochila llena de nuevas experiencias.

"The hero's journey" se trata sobre todo del héroe viajando a algún lado, matando al dragón y volviendo con una historia que contar.

Yo soy el héroe de mi historia, y maté a varios dragones en este viaje, regresando con esta pequeña historia que espero haga a uno crecer y trascender aunque sea un poco. O de menos que se disfrute un poco.

WAZAAAAAAAA!

1 comentario:

Sylvia Beyer dijo...

Genial tu relato
Rarísimas tus fotos pero
Al mismo tiempo
Creo que
Ilustran tu
Alma de
Sonrisa.


Qué bonito ha de ser conocer París...algún día :)
Saludos. Syl.